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Haz de la Misión Algo Personal

  • Foto del escritor: Daniela Orozco
    Daniela Orozco
  • 6 jun
  • 2 Min. de lectura

Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica. Efesios 2:10


La Biblia nos enseña con claridad que cada uno de nosotros fuimos creados con un propósito, ninguno es un accidente ni casualidad. Entonces, nos toca descubrir nuestro propósito.


Aquí es donde conocer la misión de Dios se vuelve personal, pues si bien cada persona tiene un llamado especifico, dones y habilidades especificas y oportunidades específicas, todos colaboramos en la misma misión de Dios, que es redimir a toda la creación. Por lo tanto, lo que nos toca descubrir es la manera especifica en la que podemos contribuir a esta misión mayor.


Si tú no has descubierto esto, entonces lo mejor es empezar en donde ya estás ahora, pues es ahí donde puedes reflejar a Dios, desde tu familia, trabajo o escuela. Dios te puso en un lugar específico para que ahí vivas reflejándolo a Él. Toda nuestra vida tiene propósito en Dios.


El Espíritu Santo tiene un rol esencial en todo esto, pues es Él quien nos revela el plan de Dios y también es Él quien nos empodera para que todo lo hagamos tenga un impacto eterno. Entonces, es fundamental que cultivemos nuestra relación con Él para poder colaborar fluidamente con Dios en Su misión y vivir una vida plena, llena de propósito. En esta semana hemos hablado de diferentes maneras de cultivar nuestra relación con Él, así que solo voy mencionar algunas cosas que pueden ser obstáculos para lograrlo, pues tal vez nos esforzamos en todo lo demás, pero no consideramos estas barreras:

• Falta de tiempos de silencio en los que escuchamos Su voz. Podemos ser muy constantes orando, pero a veces sólo hablamos y hablamos sin poner atención a lo que Dios quiere decir.


• Pecado no confesado. Si bien todo es por gracia y nuestra relación con Dios no depende de nuestras obras, el pecado persistente en nuestras vidas es una barrera para conectar profundamente con el Espíritu.


• Distracciones. Hay tantas cosas sucediendo y tantas maneras de llenar nuestra agenda, que podemos dejar de poner atención a Dios.


¡Que Dios te lleve a conectar más profundamente con Él!


«Señor, gracias porque nos creaste con un propósito, ayúdanos a descubrir la manera especifica en la que podemos colaborar contigo. Ayúdanos a quitar toda barrera que nos separe de Ti. Amén.»

 
 
 

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