top of page
Buscar

Glorioso Testimonio de Restauración Financiera

Foto del escritor: Gabriel MiyarGabriel Miyar

Reconócelo en todos tus caminos y él enderezará tus sendas. Prov. 3:6 (NVI)


Hoy quiero compartirte el testimonio de Marco Antonio Hernández de Patria.


«Yo me rendí a Cristo en 1995, pero la enseñanza sobre el diezmo la recibí aproximadamente dos años después. Empecé a diezmar fielmente, pero a los seis o siete meses ocurrió algo extraño. La que era mi esposa me confesó: “Debemos 5 meses de la colegiatura de los niños, las tres tarjetas de crédito están sobregiradas y ya no se que hacer.” Lo primero que hice fue recortar las tarjetas con tijeras casi a polvo. Pero eso no eliminó la deuda.


«Al día siguiente acudí al sindicato de la universidad para pedir el préstamo más grande al que podía acceder. A la semana siguiente llegó; no recuerdo la cantidad, pero me puse al corriente en el colegio y alcancé a pagar justo los mínimos de cada tarjeta.


«A causa del préstamo, durante 18 meses estaría a medio sueldo y así, seguía manteniendo la casa, gasolina, renta, colegiaturas y además tenía que liquidar las deudas. Decidí tomar en mis manos la economía familiar. Tenía un cuaderno nuevo de pasta dura y lo convertí en mi instrumento, lo llamé “mi economía de guerra.”


«Cada quincena anotaba en primer lugar las entradas: Mis sueldos en la universidad y en el colegio del aire. Luego las salidas: En primer lugar, el diezmo y luego las ofrendas, íntegros como si no estuviera a medio sueldo. Si no tenía a Dios conmigo, no iba a salir adelante. Después los gastos fijos: abono a las tarjetas, gasto de la casa, renta, gasolina, colegiaturas, luz, gas y teléfono. Todo en sobres rotulados donde también colocaba los recibos.


«Me quedaba lo necesario para comprar tres tacos al día (diez pesos), que eran mi comida en la universidad. Por ocho meses, sólo pagué los mínimos en las tarjetas. Entonces decidí seguir abonando las mismas cantidades.


«La universidad decidió homologar a los profesores con la UNAM. Concursé obteniendo tiempo completo y un nivel de asociado B, en el momento del dictamen no se reflejó en la nómina.


«A los trece meses de la economía de guerra, quedó liquidada la primera tarjeta; fui y la cancelé. Entonces pude abonar más a las otras dos. En ese tiempo nos separamos mi esposa y yo, me fui a vivir a casa de mi madre.


«Entonces, llegó el nuevo sueldo retroactivo a la fecha del dictamen. ¡En un año Dios me duplicó el sueldo! Liquidé las otras tarjetas, cancelé una y de la otra no repuse el plástico, por alguna emergencia.


«Aunque la situación ya era holgada, continué con el sistema de la economía de guerra. Aunque separado, seguía pagando los mismos conceptos.


«Una cosa importante es que, desde entonces, nunca he llegado al fin de quincena en números rojos. Dios siguió prosperándome y nunca me ha fallado. Sea a Él toda la honra.»


Si somos radicales en enderezar nuestros caminos, Dios se encargará de que queden derechitos. ¡Dios es fiel!

 
 
 

3 Comments


Robbie Rembao
Robbie Rembao
Feb 07

Que buen testimonio Marco!!!!

Like

Jose Ricardo Braniff
Jose Ricardo Braniff
Feb 07

Eso es Libertad Financiera, que mal que en el proceso se hayan divorciado.

Like

ALICIA VILLASEÑOR OLIVA
ALICIA VILLASEÑOR OLIVA
Feb 07

Amén, Amén y Amén Gloria a Dios Aleluya!!! Cuando nos rendimos a Dios, reconociendo que separados de él, nada somos, es muy importante saber que el es el dueño del oro y la plata, pero si obedecemos su palabra de darle a él el diezmo, y ser buenos mayordomos de lo que nos confía, el nos multiplicará al 101 por ciento nuestras finanzas. Es el Dios soberano qué nos proveerá todo lo que necesitamos de acuerdo a sus riquezas en Gloria en Cristo Jesús.

Like
bottom of page