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Foto del escritorGabriel Miyar

Diga el débil: fuerte soy – Parte II

Alguien nos está haciendo trampa y nos está dando menos mercancía de la que pagamos. No puede ser que ya estemos prácticamente a la mitad del año. Gracias por estar aquí.


Ayer el Espíritu Santo nos dio la cita de Joel 3:10, “diga el débil: fuerte soy.” (Ponla en tu arsenal, por favor). En estos días nos hemos concentrado en la mitad de la frase: “diga el débil.” Hemos estado hablando de nuestra debilidad. Pero hoy necesitamos hablar de la segunda mitad de la frase: “fuerte soy” ó “soy fuerte,” para dejar atrás la forma rara de hablar de Reina Valera.


Ya que hemos reconocido que somos débiles y hemos visto como esto nos puede hacer depender de Dios y no de nosotros mismos, incluso hemos llegado a estar alegres de vivir así de insuficientes para que la gloria sea para Dios, ahora debemos realmente conocer el poder de Dios. Debemos echar mano de las dos partes de la frase. No nos podemos quedar solamente con la primera: “soy débil.” Debemos cruzar a la segunda mitad donde podemos decir: “soy fuerte.”


La verdad es que hay dos maneras de decir “soy fuerte”: una es la superficial, la que se dice “de labios para afuera,” como un mantra o un amuleto. La otra es decirlo con convicción. Naturalmente, lo más probable es que empecemos con la primera, para luego progresar a la segunda. Al principio, quizás diremos “soy fuerte” y será sólo una frase. Daremos un paso y dos, y nos toparemos con que, pues no, seguimos sin ser fuertes. Se nos presentó una situación y ¡pácatelas! ¿Fuerte? ¡No me digas! ¡Me vi súper débil! Pero debemos insistir hasta que lo digamos de corazón. En pocas palabras, hasta que nos la creamos.


Joel 3:10 es sin duda el origen bíblico de ese principio allá afuera que dice: “Fake it ‘till you make.” Finge hasta que sea cierto. Diga el débil: soy fuerte. Dígalo. No dice, “oigan, el débil hágase fuerte.” (sí, acabará por hacerse fuerte, si lo introyecta, si acaba por hacerlo suyo). Literalmente afirma: “Diga el débil…” Dígalo, aunque en el momento no sea cierto. Si lo hace con fe y persevera, tarde o temprano se hará una realidad.


¿Y el Espíritu Santo? De nuevo nuestro antepasado en la fe, Pablo, nos dice cómo hacerle. No es nada nuevo. Me vas a decir: “ya sé, se trata de orar.” Y si. No hay una fórmula nueva. Siempre estamos queriendo descubrir algo completamente nuevo que cambie las cosas para siempre, como una fórmula mágica que al descubrirla, todo cambie, ¡pero, no!


La receta es la misma, y no hay nada más poderoso que la oración. Pero, hay de oraciones a oraciones. No toda la oración es igual. Hay oraciones efectivas y hay oraciones que no lo son. Está lo es (cambié de persona la primera palabra):


«Pidan en oración que, de sus gloriosos e inagotables recursos, los fortalezca con poder en el ser interior por medio de su Espíritu.» Efesios 3:16


Los fortalezca… Haga fuertes… Les de poder.


La verdad es que la vida nos supera. Tarde o temprano, vendrá a nuestras vidas algo con lo que no podremos. Dependiendo de tu edad, tú medio sabes esto, o lo sabes muy bien, por experiencia. Sin fe, no solamente es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6), sin fe es imposible vivir, punto. Al menos, vivir sin acabar enfermos o amargados. “El justo por la fe vivirá” no solamente se aplica a la salvación eterna, se aplica totalmente a la vida presente. Por la fe vivimos; sin ella no vivimos, aunque parezca que estamos vivos.


Cada quien lleva en su interior una carga que muchas veces los demás no conocen. Hay personas que “llevan vidas de callada desesperación,” como decía el poeta americano. Aún creyentes. Cada quien lleva en su interior una carga que si se detiene lo suficiente para pensar en ella, lo pone a temblar. Yo creo que si somos honestos, reconoceremos que todos albergamos cargas enormes y vivimos bajo la amenaza de cosas terribles.


Entonces, no nos queda otra que refugiarnos en la fe, alimentarla y hacer todo aquello que la aumenta. Evitar todo aquello que la reduce. Vivir persistentemente enfrascados en desarrollar una fe sincera y poderosa. Qué diga el débil: “soy fuerte.”


Tus comentarios, porfa.

48 visualizaciones2 comentarios

2 Comments


María del Carmen Velasco
María del Carmen Velasco
Jun 02, 2023

Definitivamente hemos sido fortalecidos por su Espíritu en los últimos valles cruzados teniendo esa fortaleza que sólo puede venir de mi Dios que con sus inagotables recursos y su infinito amor nos ha hecho fuertes ya que no sólo débiles sin Él nada somos... Valiosisima reflexión!!! Muchas gracias Pastor 🙏

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jennifer.cp.monteverde
Jun 02, 2023

Esto no pudo llegar en mejor momento, gracias Gabriel!

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