y calzados con la disposición de proclamar el evangelio de la paz. Efesios 6:15 (NVI).
Hola familia. Espero que hayan podido tener la oportunidad de descansar en algún momento de estas dos semanas. Yessi y yo tuvimos la bendición de poder estar lunes, martes y miércoles en Huatulco, Oaxaca, para tres días de descanso. Fue muy renovador. Aún así tuvimos la oportunidad de hablar de Nuestro Señor Jesucristo con varias personas.
En esos días el Espíritu Santo nos hizo llegar ese versículo de Efesios 6:15. Y yo le decía a Yessi: “Esta es una parte de la armadura que definitivamente tengo puesta. Y ella también. Por donde quiera que vamos procuramos estar alerta para descubrir si hay alguien que quiera escuchar acerca del increíble amor de Nuestro Señor Jesucristo.
Podemos estar de vacaciones descansando y disfrutando de la naturaleza. Descubriendo nuevos lugares y probando delicias culinarias regionales. Pero, siempre estamos con los ojos puestos en la gente que nos rodea, buscando la oportunidad de poder hablarles del increíble amor de Nuestro Señor.
Estos días que estuvimos en Huatulco, no fueron la excepción. Tuvimos la oportunidad de hablar del gran amor de Nuestro Señor Jesucristo con varias personas. Algunas fueron corteces y nos escucharon con atención, aun si finalmente no tomaron una decisión a favor del Evangelio. Otras, realmente reconocieron tener una necesidad de saber más del señor Jesús y nos abrieron su corazón. Lo cual siempre consideramos un privilegio. Nos hemos dado cuenta de qué no es tan difícil que la gente se abra con nosotros. Y siempre lo vemos como una oportunidad.
Regresamos de estos tres días de descanso con nuevos contactos de personas que tuvieron la gentileza de darnos su número de teléfono. Tenemos el firme propósito de mantener ese contacto tan valioso.
Oramos porque todo aquello que pudimos sembrar en sus corazones de su fruto a su tiempo y nos gozamos pensando en todo lo que Dios puede hacer en sus vidas. La verdad es que no hay nada más hermoso que poder compartir esta vida tan plena que Jesucristo en su gracia y misericordia, nos ha dado sin medida.
Te invitamos a tener tus pies siempre calzados con la disposición hablar a otros del maravilloso amor de Nuestro Señor Jesucristo quien se dio a sí mismo para darnos vida eterna. No hay nada en la vida que sea más hermoso que hablar de él. Nos escuchen o no. Finalmente, él es Quien hace la obra en los corazones.
«Señor, estamos siempre listos para hablar de ti con quien nos des la oportunidad. Te amamos y no hay nada que nos alegre más que poder proclamar por donde quiera que vamos tu gran amor y tu fidelidad. Es un privilegio llevarte en el corazón en todo tiempo. Amen.»
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