¡Cuanto Más Nuestro Padre!

Llega el año a su fin y está lleno de bendiciones; por dondequiera que pasas [Dios] dejas gran abundancia. ‭‭Salmos‬ ‭65‬:‭11‬ ‭TLA‬‬

Cuando mis hermanos y yo éramos niños viviendo en Celaya, Gto —¡uf, hace mucho tiempo!— mis papás eran cómplices de los Reyes Magos. Santa Claus era demasiado americano para nosotros, así que no recibíamos regalos en Navidad, sino hasta 12 días después. (Ya mayores, si adoptamos la costumbre de intercambiar regalos en Navidad). Claro, teníamos amigos a quienes les traía Santa Claus o el Niño Dios. Nos presumían sus regalos, pensando, quizás con ese sadismo infantil, provocarnos a envidia. Cosa que la verdad no sucedía, pues nosotros pensábamos: “En unos pocos días, cuando ustedes ya se hayan aburrido de lo que les dieron, ¡nosotros estaremos presumiéndoles a ustedes nuestros regalos!” (Hablando de sadismo).

Y es que, debo decir que los reyes magos, salvo en unas pocas ocasiones de escasez, siempre fueron espléndidos con nosotros. Gracias a Dios. Estábamos conscientes de que no era así en todos los hogares. Había mucha pobreza a nuestro alrededor. Y eso sí ensombrecía la festividad.

Sí, nosotros recibíamos mucho más de lo que merecíamos. Yo me imagino que por ser tres los magos (Melchor, Gaspar y Baltazar) y tener tres bestias de carga (un caballo, un camello y un elefante— ¡sí, un elefante! ¿Qué más cool se puede ser?), podían acarrear más regalos. Y hablando de sus bestias, un día de Reyes amaneció evidencia palpable de la presencia de los reyes magos en nuestro hogar. Estiercol en abundancia adornaba nuestra cochera. Por si teníamos dudas de la existencia de ellos o de la complicidad de mis papás (alguien tuvo que abrirles la cochera). A pesar de haber pasado tanto tiempo, esos recuerdos no se borran.

En ese entonces no éramos cristianos, pero sabíamos que el recibir nosotros regalos tenía que ver con los regalos que recibió Jesús cuando bebé —oro, incienso y mirra. Seguramente por eso se pensó que eran 3 magos.

¡Al inicio de este año la sensación que me domina es la emoción de pensar en todas las bendiciones que Dios tiene preparadas para nosotros! Ya saben como se goza Él al pensar en todos los regalos que nos tiene preparados y las mil y una formas de mostrarnos en el año que está por iniciar cuánto nos ama. La Palabra de Dios dice en Mateo 7:11,

Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en el cielo!

¡Cuánto más!

Al inicio de este nuevo año, nuestra oración, de Yessi y mía, es que se gocen pensando en todos esos regalos que Dios tiene preparados para ustedes.

¡Feliz Año 2025!